La reproducción puede hacerse por parejas (macho-hembra) o por grupos (macho-hembras), siendo en este último caso la relación preferible de 3 a 1.
Finalmente, hay que saber que los cobayos no son tan prolíficos como el resto de los roedores, pudiendo pasar semanas e incluso meses antes de que una pareja se una, siendo sus camadas además, más reducidas.
Pueden procrear a partir del segundo mes de vida. Su ciclo de celo se repite cada 16 días, siendo el período durante cual la hembra es receptiva al macho y permitirá crianza de unas 8 horas. Tras el parto pueden volver al celo a las 15 horas (celo postparto), lo que significa que pueden estar dando de mamar a sus pequeños y quedarse preñadas al mismo tiempo!
Como hemos dicho, para una crianza segura y sin problemas, en principio, las hembras deben tener su primera camada entre los 3 y los 7 meses de edad. Si lo hacemos antes de tiempo se retrasará su crecimiento y los cachorros nacerán frágiles y prematuros, mientras que si cría después de este intervalo, su pelvis podría haberse cerrado y el parto sería tremendamente peligroso.
También conviene saber que poco antes del parto conviene dejar a la hembra sola en su jaula (separada del macho o de los demás ejemplares que convivieran con ella) para evitar accidentes con las crías. Aunque la separación puede tener sus consecuencias desagradables (al sentirse sola la hembra puede abortar), conviene correr el riesgo por el bien de la camada.
No obstante, si disponemos de un grupo de cobayas conviviendo juntas y decidimos que las crías convivan con el grupo también disfrutaremos de una serie de ventajas para la camada. La más importante es que una hembra lactante puede amamantar a cualquier cachorro, aunque no sea suyo, asegurandonos así la alimentación de los pequeños.
Para obtener una camada con crías genéticamente sanas y de calidad, los cobayas machos deben ser menores de 34 meses en su primera crianza. A la hora de la reproducción es importante tener en cuenta que no deben tenerse más de un macho en la misma jaula con la/s hembra/s, ya que podrían darse peleas serias.
Respecto a la conveniencia o no de mantener al cobaya macho en la jaula junto con la hembra tras el parto, en principio no sería imprescindible la separación ya que el macho no dañaría intencionadamente a la hembra o a las crías. Sin embargo es conveniente hacerlo un poco antes del nacimiento de la camada, para evitar posibles accidentes fortuitos (crías aplastadas, etc.). La gestación dura un promedio de 63 días, siendo este período de tiempo excepcionalmente largo comparado con el de otros roedores.
El momento del parto es difícil de determinar porque la gestación es un período relativamente largo y por que las hembras preñadas no hacen nidos. Sin embargo, la semana antes de dar a luz se desarrolla una pequeña separación de los huesos de la pelvis, justo delante de órganos genitales externos. Esta separación alcanza poco más de un centímetro en las horas previas al parto.
Esta separación de la pelvis no se desarrolla en algunas hembras que son dispuestas para la cría después de los 7 meses de edad (sus huesos están ya soldados), lo que crea una situación imposible y trágica. El parto no es posible y una cesárea es el único recurso para salvar la vida de la hembra y su camada.
Un parto sencillo requiere normalmente una media hora, con un promedio de 5 minutos entre el nacimiento de cada cría. La camada ronda entre uno y seis crías, siendo el promedio de tres (las camadas de primera crianza suelen ser las menos numerosas).
Respecto a los abortos, podemos decir que son comunes en los cobayas a lo largo de su vida reproductiva.
Finalmente, es muy recomendable que conozcas la peligrosidad de una rara pero posible complicación derivada del parto, que puede poner en serio peligro la vidad de nuestra mamá cobaya: la Toxemia. Las hembras preñadas se abultan casi desde el primer día de la gestación, llegando a presentar un abdomen extraordinariamente ampliado durante el último período del embarazo (es normal que doblen su peso durante este estado).
Las crías de cobaya nacen relativamente maduras, son pequeñas pero completas, están cubiertas totalmente de piel y pueden andar. Tienen un peso al nacer de entre 75 y 125 gramos. Además tienen dientes, los ojos abiertos y oyen perfectamente, incluso pueden comer comida sólida y beber agua de un bebedero (igual de rápido que los humanos, ¿verdad?). No obstante, deben ser criados y cuidados por la madre durante, al menos, dos semanas.
En el caso de tener que criar a la camada manualmente por falta de la madre o bien por que la camada sea mayor de tres crías (la hembra sólo tiene dos mamas), se les puede alimentar con leche templada administrada con una jeringa y mucho cuidado para que no se atraganten, comidas blandas (pan mojado en leche, alimentos verdes en papilla, etc.) durante los primeros días, extremando las medidas de seguridad en cuanto a temperatura, sobre todo.
A las seis semanas, aproximadamente, pesarán unos 350 gramos, siendo conveniente ya la separación de sexos en este momento, si queremos evitar ser "tatarabuelos"!!!.
A las seis semanas, aproximadamente, pesarán unos 350 gramos, siendo conveniente ya la separación de sexos en este momento, si queremos evitar ser "tatarabuelos"!!!.
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